Su mejor momento es desde el mes de octubre al de abril. parecen por primera vez en jeroglíficos egipcios, de 1.500 a 2.000 años antes de Cristo.

Depende de la época varían de longitud y consistencia del tallo y de intensidad de su sabor.

Han de estar frescos, sanos y limpios, con buen color y olor, que no estén dañados por parásitos o insectos y que no presenten zonas blandas, algodonosas o mohosas. 
Son la base de gran cantidad de caldos y fondos de cocina, cremas como la "vichyssoise", y la porrusalda.

Para blanquear los puerros, antes de su preparación, se introducen en agua hirviendo con sal. Se pueden conservar en el frigorífico pero no más de 4 ó 5 días y siempre evitando la humedad.

Para limpiar bien hay que hacerles varios cortes con la punta de un cuchillo y enjuagarlos hasta que suelten toda la tierra que tienen en las hojas internas. Si están muy sucios lo mejor es cortarlos por la mitad a lo largo y pasarlos por agua hasta que estén bien limpios.

También podemos usarla como guarnición, cocido lentamente en mantequilla, estofado en vino tinto, con salsa de tomate o simplemente cocidos con vinagreta.


Puerros

Cocemos los puerros con abundante sal y bien limpios. Es mejor si no son muy gruesos.

Los escurrimos bien y los dejamos enfriar, aliñamos con una vinagreta o con salsa mahonesa.